La hora del café, en nuestro caso, es también la hora de la terapia. Tan solo es una hora, pero en esa hora nos desahogamos, contamos nuestras preocupaciones, nos reimos, hacemos planes, nos damos consejos o comentamos las noticias del día. Hay tiempo para todo.
Los meses frios da gusto entrar en una cafetería y pedir un cafecito bien caliente. Más que nada porque la taza es una estupenda "estufa" para las manos. Y en verano?. Terracita, un buen sitio entre sol y sombre y un estupendo café con hielos. Y que el tiempo se pare.
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